‘It’s not up to me it’s up to the Lord’
Simón Villalobos parecía haber estado siempre en el ministerio.
Empezó a servir al Señor a los 16 años. A los 21, respondió al llamado de Dios al pastorado y finalmente llegó a Veracruz, México, donde sirvió como pastor durante 22 años con 14 iglesias a su cargo.
Con el tiempo, su ministerio en Veracruz concluyó y parecía que se le abría una puerta para pastorear en Texas. Pero cuando Villalobos llegó a EE. UU., esa puerta se cerró por razones ajenas a su voluntad, dejándole a él y a su familia en un limbo.
Simón Villalobos parecía haber estado siempre en el ministerio… hasta que, de repente, dejó de estarlo.
“Yo creía que ya era tiempo de colgar el equipo y de ponerme cómodo en la banca de la iglesia”, dijo Villalobos.
Y así comenzó un viaje difícil, lleno de aprendizaje para depender de Dios, que le ha llevado hasta donde está hoy, pastoreando la creciente iglesia Champion Family de Conroe.
“Yo creía que ya era tiempo de colgar el equipo y de ponerme cómodo en la banca de la iglesia.”
—Simon Villalobos Tweet
‘Como echar un pececito moribundo al agua’
El camino inesperado que apartó a Villalobos del ministerio vocacional durante 10 años le llevó a buscar un empleo secular por primera vez en su vida. Aunque no se presentaron oportunidades formales de ministerio durante ese tiempo, él y su esposa, Rosita, estuvieron como voluntarios ayudando a pastores y ministerios en diversas funciones. Fue un tiempo de descanso para Villalobos, pero también un tiempo en el que él y Rosita sintieron que Dios había terminado con ellos.
Al menos hasta que su hijo les invitó a la Iglesia Bautista Champion Forest en Español en el 2017. Villalobos dijo que allí se sintió cómodo y conectó con la predicación del pastor Esteban Vázquez. Al poco tiempo, Villalobos entabló amistad con Vázquez y empezó a acompañarle en varias tareas ministeriales.
Entre esas tareas estaba el ofrecer apoyo a una iglesia de Conroe que se estaba muriendo, con sólo unos cinco miembros que llevaban toda la carga del ministerio. Para ayudar a llenar el púlpito de la iglesia en apuros, Vázquez invitó a Villalobos a predicar allí. Entonces Villalobos empezó a predicar más a menudo y, tiempo después, Vázquez le preguntó si le interesaría quedarse como pastor allí.
Villalobos dijo que no estaba seguro de aceptar la oferta porque “no veía futuro aquí. [Esta iglesia] estaba muerta”. Así que lo habló con Rosita y, para su sorpresa, ella le animó a aceptar el reto.
“Para Rosita, fue como lanzar un pececito moribundo al agua”, dijo Villalobos. “Ella tiene un llamado muy específico [sirviendo a la iglesia local] y no lo estaba ejerciendo”. Servir a esta iglesia en apuros podría ayudarles a satisfacer el deseo que Dios había puesto en su corazón, así que Villalobos aceptó ser el pastor durante un año de prueba para ver qué podía hacer el Señor.
‘Una misión que va más allá de las paredes’
Villalobos fue instalado como pastor de la iglesia, que ahora se llama Champion Family Conroe, en octubre de 2019. A su llegada, la iglesia comenzó con 13 personas, algunas enviadas desde Champion Forest. A finales del 2019, asistían unas 25 personas, y el crecimiento y la estabilidad continuaron durante la primavera siguiente. El progreso fue cambiando poco a poco la forma de pensar de Villalobos y le trajo esperanza. “No depende de mí”, dijo. “Depende del Señor”.
En el 2020, Covid-19 interrumpió las reuniones de la iglesia, pero el progreso continuó. Una vez reanudados los servicios en persona, la asistencia siguió aumentando y, al verano siguiente, el Señor proveyó un catalizador que no sólo ayudó a la iglesia, sino también a Villalobos.
En agosto del 2021, Villalobos fue invitado por Champion Forest a participar en el programa de formación de plantadores de iglesias de la Junta de Misiones Norteamericanas [NAMB por sus siglas en inglés]. Él describe la formación como un nuevo comienzo que le proporcionó conocimientos y recursos de los que antes no disponía, incluidos métodos para utilizar la tecnología en el ministerio.
“La residencia me sirvió para conocer una nueva forma de hacer iglesia”, dijo Villalobos. “Pastorear hace 40 años y en otro país no es lo mismo que hacerlo ahora y aquí”.
"No estamos aquí para llenar el templo, que ya está lleno, sino para desarrollar una misión que vaya más allá de las paredes.”
—Simon Villalobos Tweet
A finales del 2021, Champion Family Conroe contaba con unos 80 asistentes, entre recién llegados, refugiados y algunas familias de Champion Forest que se unieron al esfuerzo de replantación. La asistencia ronda ahora las 100 personas por semana. Ese número aumenta a más de 200 en días especiales.
“Esto ha sido un fenómeno en Conroe, porque aquí las iglesias han llegado a un máximo de 50 a 80 personas y luego han decaído, pero ahora Champion Family sigue creciendo y creciendo”, dijo Villalobos.
Champion Family es un testimonio de cómo Dios ha obrado el milagro de la multiplicación y el avivamiento en Conroe, pero Villalobos tiene claro su objetivo. “No estamos aquí para llenar el templo, que ya está lleno, sino para desarrollar una misión que vaya más allá de las paredes”, dijo.
La iglesia apoya ahora a un grupo de jóvenes misioneras en Veracruz y a un pastor bautista en Fresnillo, Zacatecas, México. También apoya a un pastor-plantador en Mozambique, África, donde Champion Family acaba de comprar un terreno para que la iglesia se reúna allí, y están en proceso de comprar un acre y medio de terreno con la esperanza de construir una escuela en Nampula, África.
“Me asombra cómo la gente se ha involucrado sin forzar nada”, dijo Villalobos. “Esta iglesia ha crecido orgánicamente. Oramos para que Dios nos dé pastores y ancianos que tengan la vocación de seguir ministrando y mirando fuera de nuestras paredes.”