Dando, Yendo y Enviando
DALLAS—Cuando Vicente Acosta habla, la gente de Motho—un pequeño pueblo en el estado de Hidalgo, México—escucha.
Acosta es un líder respetado en Motho, una pequeña ciudad (con una población de unas 350 personas) de mayoría católica. Hubo un tiempo en que utilizó su influencia para impedir que se predicara el evangelio en su pueblo, ya que se oponía firmemente a que los cristianos vinieran a difundir algo que pudiera oponerse a su religión católica.
Pero eso era antes. Las cosas para Acosta—y para Motho—han cambiado.
“Yo me oponía a que vinieran a mi pueblo a predicar el evangelio”, dijo Acosta, “pero ahora que he entregado mi vida a Cristo, tengo la misión de llevar el evangelio en mi pueblo”.
Hace tres años, Acosta unió fuerzas con la Primera Iglesia Bautista Nueva Vida de Dallas para dar a conocer el nombre de Jesús en Motho. El verano pasado, Nueva Vida realizó un viaje misionero a Motho, impulsando un avance evangelístico que ha estado sucediendo desde hace varios años.
Nuevo compromiso, Nueva Vida
A la edad de 18 años, Acosta comenzó a viajar a los Estados Unidos para trabajar durante la temporada de calor antes de regresar a casa con su familia en México. Muchas personas compartieron el evangelio con él durante esos años, lo que poco a poco fue ablandando su corazón y le llevó a aceptar a Cristo. Era algo por lo que su esposa, Marisela, había estado orando desde que se casaron.
Acosta empezó a asistir a una pequeña iglesia que se reunía en una casa cada vez que venía a Estados Unidos, pero en el 1999, esa iglesia dejó de existir. Ese mismo año, estaba trabajando en una casa cuando un vecino hispano le invitó a la Iglesia Nueva Vida de Dallas. Allí, Acosta volvió a dedicar su vida al Señor, fue bautizado y se comprometió a hacer todo lo que Dios le llamara a hacer.
Una de las cosas en el corazón de Acosta era llevar el evangelio a su gente en Motho. Así que se acercó a los líderes de Nueva Vida para compartir su corazón por su ciudad natal. Juntos, empezaron a orar sobre la manera de hacer trabajo misionero en Motho.
Una de las principales formas en que se sintieron guiados a hacerlo fue a través de la plantación de una iglesia, Misión Bautista Nueva Vida, llamada así en honor al apoyo y la asociación con Nueva Vida de Dallas. El verano pasado marcó el tercer año en que Nueva Vida de Dallas ha enviado un equipo a México para ayudar a la misión a extender el alcance del evangelio en Motho.
Nueva Vida se unió a esta misión para promover el trabajo que ya se está haciendo en Motho a través de la formación, la educación y la evangelización. La misión tiene un pastor interino, Agustín Velásquez, que predica allí una vez a la semana, y la iglesia se reúne en la casa de Acosta hasta que pueda encontrar un lugar permanente.
Irónicamente, no es la primera vez que Velásquez y Acosta se cruzan. Velásquez enseñó durante un tiempo en un seminario local y enviaba estudiantes a evangelizar a Motho, esfuerzos que a menudo se veían frustrados por Acosta.
Ahora Acosta aprovecha cualquier oportunidad para difundir el evangelio. Durante el viaje misionero, organizó una fiesta de cumpleaños para su nieta, alquilando una carpa, proporcionando comida e invitando a la comunidad. Se presentaron unas 200 personas y, en medio de la celebración, escucharon el evangelio.
No sólo dar, sino enviar
El pastor principal de Nueva Vida de Dallas, Nelson Fonseca, predicó varias veces durante el viaje misionero y, junto con el líder del viaje, Oscar Sáenz, enseñó a los miembros de la misión en Motho a compartir el evangelio. La iglesia también celebró una escuela bíblica de vacaciones e invitaron a niños y familias de toda la ciudad.
“A diferencia de otros viajes misioneros en los que he tenido la oportunidad de participar, pudimos experimentar un mover de Dios especial en la calle al tener conversaciones espirituales con propósito”, dijo Fonseca, también señalando que los niños estaban especialmente llenos de alegría después de ver decoraciones vibrantes y materiales que les enseñaban acerca de Jesús durante varios eventos. “Se proclamó el evangelio y pudimos compartir el amor de Cristo con los más pequeños”.
Dios está obrando con poder entre los niños de Motho, dijo Sáenz. Un día durante el viaje, dijo que Fonseca preguntó a un grupo de niños si alguno se sentía llamado a servir a Dios o incluso a ser pastor algún día. Un niño se levantó con valentía y dijo que se sentía llamado a servir a Dios.
Nueva Vida de Dallas está haciendo grandes inversiones en el evangelio, no sólo en lugares como Motho, sino también en las personas. La iglesia apoya a misioneros y plantadores de iglesias en lugares como Dallas y Arlington, en países como Nicaragua, y a través de México en lugares como Durango, Actopan, e Ixmiquilpan.
“No sólo creemos en dar”, dijo Fonseca, “sino que también enviamos y oramos por ellos y sus familias todos los días en nuestra oración de la mañana”.
Sáenz, quien dirigió el ministerio de solteros en Nueva Vida, además de servir en funciones de enseñanza y discipulado, dijo que ahora se siente llamado por Dios para servir en la evangelización.
“Hay que ser fieles al llamado de Dios”, dijo Sáenz. “Habrá persecución en muchos lugares, pero no hay que enfocarse en eso, si no en el impacto que Dios va a hacer.”