El poder de un Sí
Fernando Mangieri hizo un compromiso de por vida para servir al Señor después de responder a dos preguntas que a la mayoría de los niños de su edad nunca se les pide:
“¿Estás dispuesto a morir por Jesús? ¿Estás dispuesto a dejarlo todo por Él?”.
Mangieri, que entonces tenía 9 años, respondió a esas preguntas, formuladas por unos misioneros que ministraban a los niños en un retiro, con un “sí” definitivo.
En ese momento, Mangieri dice que empezó a sentir una fuerte necesidad de compartir a Cristo con los demás, no sólo a su alrededor, sino en todo el mundo. Esa es la base de la misión a la que Dios le ha llamado hoy como pastor del campus de Green Acres Baptist Church en Español.
Green Acres en Español comenzó el 17 de septiembre de 2023, con un puñado de personas y un estudio bíblico en el campus principal de la iglesia. El número de asistentes creció rápidamente, y en poco tiempo el grupo se trasladó a un auditorio más grande y comenzó a planificar el lanzamiento de un servicio de adoración que se convertiría en un campus de habla hispana.
Seis meses después del lanzamiento, alrededor de 250 personas asisten a los servicios dominicales. Alrededor de 30 personas han sido bautizadas, respondiendo al lema de la iglesia de “Transformar vidas con la verdad de Jesús” y sus valores fundamentales de conectar a las personas con Jesús y su iglesia, crecer a su semejanza y multiplicarse para expandir el reino.
“Dios nos llamó a comenzar una congregación saludable que pueda impactar Tyler y el este de Texas con un enfoque multicultural y multigeneracional,” dijo Mangieri.
“Cuando Dios tiene un plan para tu vida, Él lo va a cumplir.”
—Fernando Mangieri Tweet
Poniendo su ‘sí’ a prueba
Mangieri nació y se crió en Argentina y creció en cuna de pastores. Su padre ha sido pastor por 60 años, sus tíos y sus tres hermanos también son pastores.
Pero a los 8 años, Mangieri comprendió que crecer en una familia de pastores no le salvaría. Fue entonces cuando su maestra de escuela bíblica le guió para que reconociera su propio pecado y recibiera a Cristo. Su encuentro con los misioneros tuvo lugar al año siguiente, lo que le impulsó al servicio del Señor.
En el 2000, Mangieri se trasladó a Juárez, en Chihuahua, el estado más grande de México. Sus años en Juárez marcaron una época importante en su vida: estudió en el seminario, sirvió en iglesias locales y conoció a su esposa, Marcela. Allí tuvieron dos de sus tres hijos.
En Juárez fue también donde se puso a prueba el “sí” que había dado al Señor muchos años antes. En un momento dado, algunos narcotraficantes empezaron a lanzar amenazas de muerte contra él y su familia mientras servían a la gente de la ciudad. Desesperado, Mangieri clamó al Señor. La respuesta que recibió de Dios fue en forma de preguntas, las mismas que le hacían de niño:
“¿Estás dispuesto a morir por Jesús? ¿Estás dispuesto a dejarlo todo por Él?”.
“Sí, Señor”, recuerda Mangieri reafirmando su respuesta a Dios, “estoy dispuesto a morir por ti. Señor, todo lo que tengo es tuyo”. Entonces recordó el Salmo 46:10: “Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones …”.
Cuando Mangieri y su familia aprendieron a esperar y descansar en la presencia de Dios en medio de la preocupación y la persecución, Él les abrió una puerta para servir en la Convención Bautista de Virginia. Fue evidente para la familia que Dios estaba obrando, ya que se les concedió milagrosamente la residencia estadounidense en 48 horas.
“Cuando Dios tiene un plan para tu vida, Él lo va a cumplir”, dijo Mangieri.
Del 2008 a 2018, Mangieri fue plantador de iglesias y catalizador en Virginia, desarrollando iglesias y líderes. Después de una década de servicio allí, Dios comenzó a plantar en los corazones de Mangieri y su esposa una nueva visión para el ministerio. Comenzaron a orar y a buscar la dirección del Señor, rechazando varias ofertas de ministerio antes de aceptar un llamado para servir como pastor asociado en español en una gran iglesia en el área de Dallas.
Allí permanecieron cuatro años, hasta que Mangieri sintió que el Señor lo llamaba a volver a plantar iglesias. En poco tiempo, Green Acres en Tyler se acercó para preguntarle si les ayudaría a iniciar una obra hispana en el este de Texas.
Un llamado más fuerte que la comodidad
Dejar la estabilidad de una iglesia fuerte y bien establecida por la incertidumbre de comenzar una desde cero, no tenía sentido para muchos, dijo Mangieri. Pero para él, dejar la comodidad por la posible incomodidad formaba parte del compromiso de su infancia de entregarlo todo a Jesús.
“Estábamos cómodos, felices y sirviendo con fuerza donde estábamos”, dijo Mangieri, “pero mi deseo de plantar iglesias era más fuerte que la estabilidad y la comodidad”.
Ninguno de los que Dios había llamado a la obra de plantación en Tyler estaba solo. Green Acres buscó orientación y apoyo de Send Network SBTC, una asociación de plantación de iglesias entre la Convención de los Bautistas del Sur de Texas y la Junta de Misiones Norteamericanas. Send Network SBTC proveyó recursos y entrenamiento para ayudar a Mangieri a convertirse en un plantador de iglesias certificado y comisionado. Ahora ayuda a la red a evaluar a posibles plantadores como parte de su equipo de evaluación.
Green Acres en Español desea ser lo que Mangieri llama una iglesia “glocal”, con la visión de alcanzar no sólo a su comunidad local, sino a personas de todo el mundo. Para ello, la iglesia sabe que debe multiplicar los líderes, por lo que recientemente ha puesto en marcha un instituto bíblico para la formación de líderes.
Desde el principio, la iglesia se ha esforzado por llegar a su comunidad. Cuando se preparaba para su lanzamiento, organizó un evento para repartir mochilas y útiles escolares, que atrajo a unas 3,000 personas. Tienen planes para impartir clases de inglés y organizar un programa de recuperación en español. Dios también ha abierto las puertas para que Mangieri hable sobre el ministerio de la iglesia en una popular emisora de radio local, y aparece una vez al mes en una conocida cadena de televisión hispana compartiendo palabras de reflexión.
“Queremos ser la iglesia de la ciudad y el pastor de la ciudad”, dijo Mangieri. “Dios nos está permitiendo ser de impacto para transformación de la comunidad hispana al tener una presencia fuera de las cuatro paredes para presentarles a Cristo”.