“Yo sé que Dios tiene grandes cosas para estos pueblos pequeños”
E
n medio de la planificación de su jubilación y de viajes para disfrutar con su familia, José Luis Hernández nunca imaginó que recibiría un llamado de Dios que literalmente cambiaría el curso de su vida.
Dios comenzó a preparar el camino para este cambio cuando Hernández y su familia decidieron mudarse a un pequeño pueblo rural, llevándolo de la vida de ciudad, donde amaba vivir y ministrar, a un entorno rural por primera vez en su vida.
“Siempre me ha gustado estar rodeado de gente y el bullicio de la ciudad”, dijo Hernández, “pero hoy amo este lugar”.
Hernández y su familia se mudaron a Itasca y están plantando una iglesia a una hora de camino en Mexia, una ciudad con una población de poco menos de 7,000 habitantes situada a unas 40 millas al este de Waco y a una hora y media al sur del Metroplex de Dallas-Fort Worth.
Antes de plantar en Mexia, Hernández recibió una oferta para pastorear una iglesia en Fort Worth. Ese mismo día, buscó dirección en oración para saber cuál era el plan de Dios para él y su familia.
“Una hora después de orar, recibí una llamada del líder de una asociación de iglesias afiliadas a la Convención de los Bautistas del Sur de Texas diciéndome que le gustaría que los apoyara en Mexia”, dijo Hernández.
Esa llamada telefónica llevó a Hernández a plantar la Iglesia Bautista Alcance Hispano. Esta plantación de iglesia es parte de una visión más amplia que pretende plantar más iglesias hispanas entre las 22 iglesias anglosajonas de los pueblos pequeños limítrofes a Mexia.
Hernández dice que nunca había trabajado en una zona rural, pero después de platicar la idea con su esposa por 31 años y sus hijos (que van desde adultos hasta adolescentes) y continuar orando sobre esta oportunidad, sintió el llamado de Dios y aceptó el desafío.
“No conocíamos a nadie”, dijo Hernández. “Sólo nos dijeron que empezáramos a trabajar y a conocer a la gente de la zona”.
Comenzaron en enero de 2022 y durante dos meses se dedicaron a recorrer las calles de Mexia, orando y declarando la Palabra de Dios por el pueblo. Todos los domingos visitaban diferentes iglesias de la ciudad y de los pueblos aledaños para hacer conexiones y darles a conocer la nueva obra que estaban comenzando.
Chuy Ávila, asociado principal de SBTC en español, animó a la familia Hernández a buscar formas intencionales de conocer e interactuar con la gente de Mexia.
“Al principio fue difícil para mí, pero mirando la vida del Apóstol Pablo, vemos que él intencionalmente iba y platicaba con la gente y se quedó con ellos”, dijo Hernández. “La gente conoció al apóstol Pablo hasta que pudo enseñarles el evangelio, aceptaron a Jesús y luego hicieron lo que él les había enseñado”.
“Esto no es fácil. Hay mucho trabajo, lágrimas y alegrías, pero estamos muy emocionados por lo que Dios está haciendo. Yo sé que Dios tiene grandes cosas para estos pueblos pequeños”.
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A partir de marzo, Hernández y su familia comenzaron a repartir tratados en gasolineras, lavanderías y fuera de las tiendas del pueblo por varios meses. En otras ocasiones, la familia ponía música en un estacionamiento y se ofrecían a orar por los que pasaban.
No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a ver a Dios moverse.
“Personas comenzaron a aceptar a Jesús y preguntaban dónde estaba nuestra iglesia, pero todavía no teníamos un lugar donde reunirnos”, dijo.
Comenzaron a orar para que Dios les proporcionara un lugar mientras podían seguir haciendo la labor evangelística, hasta que un día tuvieron un encuentro especial con cuatro jóvenes en un estacionamiento de Walmart. Como había estado haciendo durante meses, Hernández se acercó a los jóvenes para darles un tratado y orar por ellos.
Esta vez, algo diferente sucedió. Uno de los jóvenes le preguntó a Hernández si estaba dispuesto a dirigir un estudio bíblico en su apartamento. Hernández aceptó con gusto, y en ese apartamento se plantaron las raíces de lo que se conocerá como Iglesia Bautista Alcance Hispano.
Más tarde, ya con la necesidad urgente de tener un lugar para congregarse antes de realizar una fiesta en la cuadra, Hernández estableció contacto con Nic Collins, el ministro de jóvenes y educación de la Primera Iglesia Bautista de Mexia. A través de ese contacto y de una reunión posterior con el ministerio de misiones de la iglesia, la PIB de Mexia proporcionó una casa que podría ser utilizada como lugar de reunión para la plantación de la iglesia.
Alcance Hispano celebra reuniones de oración los viernes y servicios de adoración los domingos. La iglesia ya cuenta con unas 25 personas, muchas de ellas de diferentes países, que han pasado de la muerte a la vida al aceptar a Cristo, reuniéndose cada semana, creciendo en la fe y alcanzando a otros hispanos.
“Esto no es fácil. Hay mucho trabajo, lágrimas y alegrías”, dijo Hernández, “pero estamos muy emocionados por lo que Dios está haciendo. Yo sé que Dios tiene grandes cosas para estos pueblos pequeños”.