David Escalona, pastor de la Iglesia Bautista Fe (IBF), tiene una convicción fundamental con el potencial de impactar tanto a su congregación como a los miembros de su comunidad:
“Cuando servimos, nuestros corazones se ablandan”.
A veces eso se traduce en pintar, reparar y remodelar casas. En otras ocasiones, puede ser una oportunidad de trabajar junto a iglesias hermanas para suplir necesidades. Cualquiera sea el caso, los miembros de la IBF buscan la forma de alcanzar a las familias para Cristo y darle gloria.
Se trata de un ministerio para transformar hogares––pero también corazones.
“Somos una iglesia donde todos son aceptados y bienvenidos para ser transformados por Dios”, dijo Escalona, “porque Dios no nos deja como nos encuentra”.
La filosofía del ministerio de la IBF nació de algo práctico: Escalona simplemente reconoció que había muchos miembros de su iglesia que eran hábiles en la construcción. ¿Por qué no poner esos talentos y esa experiencia al servicio del Reino? Así, el pastor comenzó a guiar a su gente a trabajar juntos para ayudar a las viudas, madres solteras, ancianos y enfermos en su comunidad que no tienen los recursos para tener la construcción y las reparaciones hechas.
No se imaginaban que su ministerio se ampliaría para incluir la ayuda a otras congregaciones que no tenían recursos ni la mano de obra.
«Hay otras iglesias más pequeñas que la nuestra que lo necesitan, y nosotros hemos dado un paso adelante para servirles», dijo Escalona.
Servir más allá de las paredes de la iglesia
Este ministerio ha tenido un impacto en la iglesia que Escalona y sus miembros nunca imaginaron. No sólo ha ayudado a la IBF a satisfacer necesidades en Fort Worth y más allá, sino que ha inspirado a otras iglesias a empezar a hacer lo mismo para llevar a otros a Cristo. Uno de estos casos ocurrió el año pasado cuando una iglesia hispana del oeste de Texas llamó preguntando por ayuda.
A petición de la iglesia, el grupo de hombres de la IBF ayudó a reparar las casas de dos familias. Durante su visita, Escalona dedicó tiempo a animar a la iglesia para que vieran que ellos también podían utilizar incluso los dones, talentos y recursos más sencillos que Dios les había dado a sus miembros para ser de impacto en su comunidad.
Un mes después, la iglesia del oeste de Texas invitó a la IBF a trabajar con ellos en un proyecto de servicio. La IBF no pudo asistir debido a un viaje misionero programado con anterioridad, pero una vez que el viaje terminó, Escalona volvió a comunicarse con la iglesia del oeste de Texas para ver si todavía necesitaban ayuda.
“No”, el pastor de la iglesia respondió, ya que habían dado un paso adelante en la fe y habían hecho el trabajo ellos mismos, reclutando a hombres de la iglesia y a otros que no asistían para ayudar a restaurar la casa de una familia no creyente. Unos meses más tarde, la iglesia del oeste de Texas informó de que algunas de las personas con las que se habían puesto en contacto en el proyecto, tanto los trabajadores como la familia a la que se había servido habían llegado a la fe en Cristo o habían empezado a asistir a la iglesia.
Escalona dijo que la IBF tiene un grupo de mujeres que también están activas en alcanzar a otros a través del servicio. Los miembros del grupo de mujeres aprendieron a preparar gorros de invierno para llevarlos a los centros oncológicos donde se trata a los pacientes. Mientras están allí, comparten literatura espiritual, esperanza y oran por ellos.
“Es mi oración que Dios continúe dándome la sabiduría para dirigir la iglesia y seguir abriendo puertas para impactar al mundo.”
—David Escalona Tweet
La IBF también utiliza las fiestas en la cuadra para llegar a la comunidad, organizando eventos cada tres meses en distintos lugares de la ciudad. Las fiestas incluyen juegos y actividades para niños y adultos, pero su principal objetivo es compartir el Evangelio con los asistentes. Las fiestas de la cuadra han ayudado mucho a la IBF a conocer gente, invitarla a la iglesia y llevarla a Cristo.
Salir de las paredes de la iglesia se convirtió en parte de la identidad central de la IBF desde el principio. La iglesia comenzó en marzo de 2019 con alrededor de 10 a 12 personas, pero no mucho después, se encontró incapaz de reunirse en su edificio debido a COVID-19. Fue entonces cuando Escalona guió en oración a la IBF a reunirse en diferentes parques de la ciudad.
En poco tiempo, el número de asistentes se duplicó. Ahora, entre 60 y 80 personas acuden cada semana, y la iglesia ya está orando para que Dios les proporcione un lugar más grande donde reunirse, ya que su espacio actual se ha quedado pequeño.
“Es mi oración que Dios continúe dándome la sabiduría para dirigir la iglesia y seguir abriendo puertas para impactar al mundo”, dijo Escalona, “recordando que, si somos el cuerpo de Cristo, debemos ir más allá de las cuatro paredes de nuestra iglesia”.